Atención Psico-emocional

¿Porqué es importante atender las cuestiones mentales y emocionales?
 
Hasta hace unos años existía la falsa creencia de que la esfera emocional no era importante en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares.
 
Hoy día sabemos a ciencia cierta que existe un impacto importante de nuestra esfera psicológica sobre la perpetuación de ésta y otras condiciones anormales y que nuestro sistema obedece a un equilibrio donde la salud mental juega un papel preponderante. Hasta 2/3 de la población que sufre un infarto padece depresión y algún grado de ansiedad. Al día de hoy es bien conocido que la depresión, estrés y ansiedad son condiciones de todos los días que terminan por marcar desenlaces adversos en nuestros enfermos; en otras palabras, la gente que sufre de algún problema médico (en particular cardiovascular) y padece depresión o ansiedad tienen más riesgo de morir que aquellos que logran control emocional.
 
¿En qué consisten la atención psico-emocional?
 
Por ese motivo, dentro de nuestro programa interdisciplinario nos hemos ocupado en atender con profesionalismo y calidez este rubro a través de dos estrategias complementarias:
 
a) la atención psicológica por medio de intervenciones basadas en «el momento presente» y
 
b) la atención psiquiátrica por medio de una intervención médica especializada sobre el historial mental del paciente. 
 
Por medio de estas maniobras se pretender hacer una aproximación a los problemas emocionales tanto más inmediatos como más profundos en todos los planos, con la idea de revisar en lo posible los puntos más álgidos que inquietan mental o emocionalmente al paciente y logrando con esto establecer directrices a largo plazo en caso necesario. 
 
¿Cuáles son los beneficios que se derivan de la intervención?
 
La regulación del estado emocional a través de la atención psicológica – psiquiátrica nos permite:
 
– Controlar los factores de riesgo cardiovascular asociados al estrés, la hipertensión arterial y la desregulación de los sistemas que interactúan con las emociones.
– Mejorar la calidad de vida al permitir el desarrollo de todas las capacidades del día a día con plenitud emocional y satisfacción personal.
– Coadyuvar en encontrar el sentido vital.
– Generar estrategias de abandono a vicios como el tabaquismo y propiciar el desarrollo de otras virtudes como la salud del sueño. 
– Mantenernos en el momento presente: «exceso de pasado es depresión, exceso de futuro es ansiedad»; y, por tanto, disfrutar el hoy y ahora.
– Lograr el apego a los hábitos cardiosaludables que nos permitan controlar por el mayor tiempo posible el control de la enfermedad crónica y evitar las recidivas a largo plazo.
– Mejorar el sistema inmunológico y, con ello, la atención de todas aquellas condiciones que dependen de éste.